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lunes, 20 de julio de 2015

Examen de Abdomen

Examen de abdomen


La técnica del examen abdominal varia según las molestias que sufre el paciente y el proceso patológico que se investiga. Vamos a estudiar separadamente el examen de elección, la valoración de datos patológicos, el examen del vientre agudo y el examen del abdomen operado.

Examen de elección:

El objetivo de este examen es comprobar que no hay un tumor abdominal obstruyendo dicha estructura y que las viseras no están aumentadas de volumen o en posición anormal.

Lo fundamental es lograr que el paciente este relajado y sin molestias, la cabeza y la rodilla deben estar apoyadas en ligera flexión, las manos deben estar a los lado, para lograr una relajación es importante saber que hay que proteger las partes desnudas del paciente ya sea hombre o mujer.

Se observa el contorno general del abdomen, la presencia o ausencia de venas distendidas y los movimientos respiratorios.

El ombligo normal esta ligeramente retraído e invertido, una inversión de esta estructura puede ser signo de distensión o liquido intraabdominal.Después de inspeccionar cuidadosamente el abdomen, hay que examinar los conductos inguinal y crural y los genitales externos masculinos, el examinador no deberá de pasar inadvertido un testículo no descendido o un pequeño nódulo testicular.

Inspección.


Interesa ver:
        La forma del abdomen.
      si existen zonas solevantadas bajo las cuales pueda haber un proceso expansivo
      Los movimientos respiratorios.
     Si existen cicatrices o hernias.
     También puede ser importante fijarse en la presencia de manchas o lesiones de la piel 
      La distribución del vello.
      Si existe circulación colateral anormal.

Los movimientos respiratorios se aprecian en la parte alta del abdomen. Lo normal es que con la inspiración se produzca un abombamiento de esta zona debido al descenso del diafragma que presiona y empuja las vísceras. En casos de insuficiencia respiratoria o parálisis diafragmática, en vez de un abombamiento puede ocurrir una depresión si el diafragma es arrastrado hacia arriba por la presión negativa que se genera dentro del tórax (respiración paradojal). En la parte alta del abdomen se puede observar, especialmente en personas delgada, un latido transmitido desde la aorta descendente.

En ocasiones se ven unas estrías de distensión que corresponden a rotura de fibras elásticas de la piel. Se encuentran en los flancos y partes bajas del abdomen. Son de color blanco y ocurren en mujeres que han tenido embarazos y en obesos que han bajado de peso. 

En personas muy delgadas es posible ver movimientos peristálticos de asas intestinales. Esto es más evidente cuando existe una obstrucción intestinal aguda que se asocia a distensión del intestino y aumento del peristaltismo.

El ombligo normalmente es umbilicado o plano. Cuando existe ascitis se puede ver evertido (protruye hacia afuera).

Una onfalitis es una inflamación del ombligo que se manifiesta por enrojecimiento y secreción.



Onfalocele

Es un defecto congénito en el cual el intestino u otros órganos abdominales del bebé están por fuera del cuerpo debido a un orificio en el área del ombligo. Los intestinos están cubiertos sólo por una capa de tejido delgada y se pueden observar fácilmente.

                                                                                      

El uraco es un tubo que conecta la vejiga al ombligo durante la evolución fetal. Después del nacimiento, el uraco se cierra de manera normal y se convierte en un ligamento. Si el uraco está abierto a lo largo de todo el trayecto hasta la vejiga, debe ser extraído y luego se cierra la vejiga.


Gastrosquisis

Es un defecto congénito en el cual los intestinos del bebé están por fuera del cuerpo debido a un orificio en la pared abdominal.


Hernia umbilical

Es una protuberancia hacia afuera (protrusión) del revestimiento abdominal o de parte de los órganos abdominales a través del área alrededor del ombligo. Las hernias umbilical, inguinal, crural, se hacen más evidentes cuando la persona puja.


Una eventración es la protrusión de tejidos intraabdominales a través de zonas débiles de la musculatura abdominal en cicatrices quirúrgicas, pero contenidas por la piel. Originan las hernias incisionales.


Algunas masas ubicadas en la pared abdominal se podrían hacer más notorias al solicitar al paciente que ponga la musculatura del abdomen tensa (p.ej.: levantando la cabeza y hombros o intentando sentarse).


Las circulaciones venosas colaterales anormales que se pueden observar son del siguiente tipo:

Porto-cava: se observa cuando está aumentada la circulación venosa por las venas periumbilicales, debido a una obstrucción de la vena porta, tal como ocurre en pacientes con cirrosis hepática avanzada. Las venas irradian desde ombligo hacia la periferia y el flujo venoso sigue el mismo sentido. Da lugar a la llamada "cabeza de medusa".


Cava-cava: es una circulación venosa colateral que se ve cuando existe una obstrucción de la vena cava inferior; las venas se desarrollan en las regiones laterales del abdomen y la sangre fluye en sentido ascendente.



Auscultación.


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Lo que se trata de auscultar son ruidos que derivan de la movilidad del intestino y posibles soplos vasculares. Se efectúa antes de la percusión y la palpación ya que éstas pueden alterar los ruidos intestinales o ruidos hidroaéreos. La auscultación debe ser metódica y cubrir los distintos cuadrantes del abdomen.

Mediante la práctica, es necesario familiarizarse con las características de los ruidos peristalticos para poder distinguir cuándo están aumentados y cuándo disminuidos. Como todos los sonidos, se puede distinguir frecuencia, intensidad, tono y timbre. 

Lo normal es escuchar como clics o gorgoteos regulares, entre 5 a 35 por minuto. Cuando el gorgoteo es prolongado y de tono bajo se habla de borborigmo("gruñidos gástricos").
En las diarreas los ruidos intestinales o hidroaéreos están aumentados en frecuencia e intensidad.

Cuando el estómago está distendido con líquido porque existe una obstrucción a nivel del píloro o un poco más abajo (síndrome pilórico), o porque se ingirió una gran cantidad de líquido en las horas anteriores, al sacudir al paciente se puede auscultar en la región epigástrica un bazuqueo gástrico que son ruidos de tono alto semejantes a los que se escuchan al agitar un tonel parcialmente lleno de líquido.

Cuando existe una parálisis intestinal (íleo paralítico), desaparece el peristaltismo y con ellos, los ruidos intestinales, y se escucha un silencio abdominal. Para concluir que los ruidos intestinales están ausentes, se debe auscultar unos 3 a 5 minutos

En un íleo mecánico, por obstrucción intestinal, los ruidos están aumentados junto con la mayor actividad peristáltica. Se escuchan ruidos de tono alto y en secuencias que aumentan junto con el incremento del dolor de carácter cólico.

Otros ruidos que se pueden auscultar son soplos por flujos turbulentos dentro de las arterias:


     Aorta (en línea media, supraumbilical).
     Renales (paramediano supraumbilical, a cada lado).
     Ilíacas (paramediano infraumbilical, a cada lado).
    Femorales (en las regiones inguinales).

 Pudieran escucharse mejor con la campana del estetoscopio. En todo enfermo hipertenso se deben buscar soplos que deriven de la estenosis de alguna de las arterias renales; se ausculta en el epigastrio, hacia lateral, y en los ángulos costovertebrales. El escuchar un soplo que ocurre durante la sístole solamente en la proyección de la aorta descendente, las ilíacas o las femorales, no implica necesariamente que exista una estenosis de la arteria; es más específico si el soplo se escucha en la sístole y la diástole.

En mujeres embarazadas se pueden auscultar los latidos cardíacos fetales a partir de las 16 a 18 semanas. Se escuchan mejor con una corneta especial que usan los obstetras y matronas.
Valoración de una masa abdominal:

El examinador ha de tener la seguridad de que lo que parece una masa abdominal no es una estructura normal.

El aumento de volumen por un útero grávido es una situaciones bien conocida. La característica principal es el crecimiento desde el hipogastrio hacia arriba, con una convexidad superior.

Algo parecido ocurre con una vejiga distendida que no puede vaciarse (globo vesical).

Mujeres con un promontorio sacro.

En paciente delgada arteria aorta dilatada.

Un paciente anciano con masa fecal en sigmoides.

Con frecuencia, para detectar una masa es necesario fijarse bien, contar con una iluminación algo tangencial para que las curvaturas en la superficie del abdomen se dibujen mejor, y solicitar al paciente que respire profundo, de modo que al bajar el diafragma las vísceras protruyan.
Hígado aumentado de tamaño

La inspección puede revelar el contorno de un hígado hipertrofiado que se extiende po abdomen superior derecho y epigastrio. Si se palpa el borde inferior del hígado, debe ser firme, liso uniformemente y no doloroso. En algunas enfermedades estas características cambian. En la cirrosis hepática el borde es más cortante, la consistencia dura y la superficie podría encontrarse nodular. En un tumor hepático, se puede encontrar un nódulo duro, y es frecuente que se de en el contexto de un hígado cirrótico. Un hígado congestivo por insuficiencia hepática es de borde romo, puede ser algo sensible, y la consistencia firme. En una hepatitis aguda infecciosa el hígado está algo crecido y puede ser sensible al palparlo.

Vesicula biliar aumentada

Normalmente no se palpa. La vesicula biliar aumentada de volumen se palpa como tumor redondeado liso en el cuadrante superior derecho. Se localiza por debajo del borde hepático, a la altura del borde lateral de músculo recto abdominal. Cuando se inflama (colecistitis), al tratar de palparla se produce dolor al presionar es ese sitio al final de una inspiración (signo de Murphy). La impactación de un cálculo biliar en el conducto cístico puede llevar a una vesícula palpable (hidrops vesicular). La palpación de una vesícula que no duele en un paciente ictérico mayor de 50 años hace plantear el diagnóstico de un cáncer que obstruye el colédoco o la ampolla de Vater (signo de Courvoisier). Una masa dura en relación al borde hepático puede tener relación con un tumor canceroso de la vesícula o del hígado.

Bazo aumentado de tamaño
Si es palpable, significa que está aumentado de volumen en la mayoría de los casos. Crece hacia abajo y adelante. Los dedos de la mano que examina se dirigen hacia el hipocondrio izquierdo, y van al encuentro del polo inferior del bazo mientras el paciente efectúa una inspiración profunda por la boca. Conviene no partir muy cerca del borde costal ya que un bazo grande podría escaparse. Algunas personas prefieren además apoyar la mano izquierda bajo la parrilla costal y presionar hacia adelante tratando de hacer el bazo más prominente.

Se debe identificar el tamaño y la consistencia del bazo. Cuando está crecido como respuesta a una infección (p.ej.: fiebre tifoídea, endocarditis bacteriana) es de consistencia blanda. En procesos infiltrativos como en un linfoma, la consistencia es mayor. En ocasiones alcanza un gran tamaño (p.ej.: leucemia mieloide crónica). Una causa frecuente de esplenomegalia es por hipertensión portal en el curso de una cirrosis hepática. Las hemólisis crónicas también dan esplenomegalia.
Riñon aumetado de tamaño

Generalmente no son palpables. Se ubican en la parte más posterior del abdomen, retroperitoneal. En su parte superior quedan protegidos por las costillas flotantes. El derecho es un poco más bajo que el izquierdo y su polo inferior tiene más posibilidades de ser palpable. Existen alteraciones renales en las que están más grandes y se logran palpar con más facilidad: hidronefrosis, riñón poliquístico, tumor renal. Una ptosis renal también facilita lo mismo.


El Abdomen Agudo


Es un síndrome caracterizado por dolor abdominal intenso, generalmente asociado a manifestaciones de compromiso peritoneal, que hace considerar la posibilidad de una acción terapéutica de emergencia, por existir riesgo inminente para la vida del paciente.

El dolor abdominal tiene dos vías de conducción:
        Parietal: se conduce a través de los nervios raquídeos
        Visceral: por el SNA

La inervación del abdomen va desde T5 (corresponde al diafragma) a T11 (correspondiente al piso pélvico)

·         El dolor parietal: es discriminativo, bien diferenciado y de ubicación precisa.
·         El dolor visceral: no es de ubicación precisa, no está bien diferenciado y no es discriminativo (contrario del dolor parietal no sube a la médula a integrarse porque hace un arco reflejo)

El individuo que tiene un dolor parietal no soporta ser tocado porque le duele, mientras que en el dolor visceral no. El paciente que tiene un dolor parietal está tranquilo porque si se mueve le duele, el dolor  visceral no encuentra posición, el paciente siempre busca una posición antiálgica y lo consigue solo si el dolor es de tipo parietal.

Mecanismos de producción del dolor:
·         Traumas
·         Lesión tisular
·         Distensión
·         Isquemia
·         Irritación (química y bacteriano)

El dolor parietal es provocado por un trauma o una irritación peritoneal; La isquemia y distensión no causan dolor parietal.

Una peritonitis es propia de un dolor parietal signo de irritación peritoneal, es quirúrgico, se da por perforación de una víscera.

A la inspección

Ø  El paciente se caracteriza porque luce agudamente enfermo.
Ø  Expresión facial de ansiedad.
Ø  Frecuencia respiratoria aumentada.
Ø  Ausencia de los movimientos respiratorios abdominales.

En la auscultacion la peristalsis puede estar aumentada, disminuida o ausente.

A la palpación se busca olor, defensa voluntaria o involuntaria, si hay masas o no.

En la percusión hay zonas de matidez cambiante.

Pruebas especiales:

Signo del rebote o signo de Blumberg: se comprime la fosa ilíaca derecha, se suelta y si duele estamos en presencia de apendicitis.


Signo de Mcburney: es el mismo signo de rebote pero en el punto de Mcburney
EL punto de Mcburney: trazamos una línea de la espina ilíaca anterosuperior al ombligo y la dividimos en 3 segmentos, donde se unen los 2/3 externos con el 1/3 interno es el punto de Mcburney.


Signo de Rovsing: En una apendicitis. Se presiona del lado izquierdo y si duele el apéndice (del lado derecho) por trasmisión de los gases.


Signo de Martinio: dolor al tacto rectal cuando se flexiona el dedo, es el signo más fidedigno de una apendicitis.


Signo de pie talón: el paciente se empina y se deja caer, si duele indica apendicitis.
Signo abdomen en tabla o vientre en tabla: signo de irritación peritoneal que sucede por irritación química, esto produce lo que se conoce también como defensa involuntaria, característico de ulcera péptica perforada.


Signo de Murphy: se pide al paciente que respire y que flexione la cabeza y el pie. Se pone el paciente a respirar mientras se coloca la mano en el rebote costal, se presiona el abdomen y cuando este exhala la vesícula baja y se presiona con la mano y produce dolor. Esto se ve en colecistitis aguda.
 

Signo de Grey-Turner: equimosis en el flanco izquierdo, se ve en pancreatitis.


Signo de Cullen: equimosis periumbilical.


Signo de balance: se presiona en el hipocondrio y duele en el hombro, propio de la colescititis.


Signo del psoas: doblar la rodilla y el apéndice irrita el psoas y debe parar la flexión.

Signo del obturador: después de flexionado el paciente no puede rotar la rodilla hacia afuera.







Apendicitis aguda


El paciente se queja de dolor persistente, que suele aumentar con el movimiento. El dolor inicia en el epigastrio y posteriormente se ubica en la fosa iliaca derecha, con anorexia, nausea, vomito y fiebre.
En el examen presenta el signo de rebote, obturador, rusing y martinio positivo.
El lugar de mayor dolor es el punto de Mc-burney.



Ulcera péptica perforada

El paciente tiene color ceniza, sufre mareo, transpira y se queja de dolor epigástrico o retroesternal intenso. Se observa en pacientes que consumen AINES.
Presenta dolor abdominal de inicio súbito, rigidez de la pared abdominal, el individuo se llena de gases que se observa entre el diafragma y el hígado.





Pancreatitis aguda


Es una condición grave. El paciente presenta dolor en cinturón, puede estar ocasionado por el uso de fármacos o ingesta abundante de alcohol.



Diveticulitis aguda

Los divertículos son pequeños sacos o bolsas que se producen en la pared del intestino grueso, normalmente a la altura del colon sigmoides.  Los divertículos pueden producir sangrados rectales graves. Además, la diverticulitis aguda causa dolor en el lado izquierdo e inferior del abdomen, malestar y fiebre. En casos graves se puede producir una peritonitis (infección abdominal).



Trombosis mesentérica


Trombosis venosa mesentérica es un coágulo de sangre en una o más de las venas mayores que drenan sangre desde el intestino.
Dolor abdominal que puede empeorar después de comer o con el tiempo, diarrea, fiebre, sangrado gastrointestinal, vómitos.


Aneurisma disecante de aorta

Ocurre con mucha frecuencia debido a la ruptura o daño en la pared interior de la arteria. Produce dolor fuerte, repentino, agudo, punzante, desgarrador. Tiene alta mortalidad.


Palpación.



Se comienza efectuando una palpación superficial mediante la cual se buscan puntos dolorosos y se evalúa si la pared abdominal es depresible. Cuando existe resistencia muscular, puede ser voluntaria o involuntaria. En el primer caso puede deberse a tensión nerviosa, temor a sentir dolor, frío o cosquillas. Es necesario tranquilizar al paciente y solicitarle que se relaje. 
El examinador debe poner su antebrazo y mano en posición horizontal, y los dedos van examinando ejerciendo una presión suave y uniforme. Se recorre el abdomen en todos sus cuadrantes teniendo presente qué se puede llegar a palpar en cada sector de acuerdo a la anatomía normal. Cuando existe resistencia muscular involuntaria el abdomen se encuentra rígido, poco depresible. La rigidez puede ser difusa (p.ej.: peritonitis generalizada) o localizada (p.ej.: apendicitis aguda contenida). Algunos cuadros neurológicos impiden al paciente relajar bien su abdomen (p.ej.: tétanos, demencia).

A continuación se efectúan una palpación profunda mediante la cual se identifican con más detalles las estructuras intraabdominales.
La palpación profunda se puede efectuar con una o las dos manos. Al usar ambas manos se coloca una sobre la otra, de modo que la de más arriba ejerce la presión y la de abajo efectúa la palpación. En obesos esta técnica puede resultar conveniente. Algunas personas prefieren palpar colocando una mano al lado de la otra.

Algunas masas crecen del hipogastrio hacia arriba: vejiga distendida, tumor ovárico, útero
Si existe dolor es necesario precisar su localización, irradiación, maniobras que lo aumentan o lo disminuyen. Un examinador delicado trata de provocar el menor dolor posible, sin perder información necesaria para el diagnóstico. Aunque habitualmente se palpa con los dedos de la mano, algunos dolores se localizan mejor con un sólo dedo.
Uno de los dolores más fuerte se deben a la irritación del peritoneo. En estos casos puede bastar una suave presión o incluso la sacudida que se produce al percutir para desencadenar dolor. Cuando el paciente tose, también se desencadena dolor. En las peritonitis agudas se describe el signo del rebote (signo de Blumberg) que consiste en un dolor que se produce al retirar rápidamente del abdomen los dedos que examinan. Duele más al retirar la presión que al ejercerla. Este signo se desencadena efectuando la maniobra incluso alejado del sitio de mayor dolor.
Percusión.


Normalmente al percutir el abdomen se escuchan ruidos sonoros que reflejan el contenido de aire en el tubo digestivo.

Frente a un abdomen distendido, la percusión puede ayudar a diferenciar si la distensión es por acumulación de gas (meteorismo), líquido en el peritoneo (ascitis), o un aumento de volumen anormal (tumor, globo vesical, útero miomatoso, etc.).

Si el problema es acumulación de gas, se escucha una hipersonoridad o un timpanismo.

Si se trata de ascitis, al percutir el abdomen estando el paciente está decúbito supino, se delimita un área central de sonoridad normal, rodeada por una zona periférica en los flancos e hipogastrio de sonoridad mate, con una concavidad superior a nivel del hipogastrio. Como el líquido de la ascitis se desplaza con los cambios de posición, se percute también el abdomen poniendo al paciente primero en un decúbito semilateral y luego en el otro. El líquido se desplaza hacia el nivel más bajo. Con la percusión se delimita el cambio entre el sonido claro y el sonido mate que ocurre en los flancos. Se deja una marca con un lápiz, que se pueda borrar. Al mirar las marcas que se efectuaron en los flancos en cada decúbito, se puede encontrar una matidez desplazable, que si es de más de 4 cm, sugiere la presencia de ascitis. 
En un cuadro de íleo paralítico, en que se acumula líquido en las asas intestinales, también se puede encontrar matidez desplazable. En este caso, se deben considerar otros aspectos clínicos para hacer un diagnóstico diferencial.

Si el problema es un útero aumentado de volumen o una vejiga distendida (globo vesical), se encuentra una matidez en el hipogastrio que tiene una convexidad de sonoridad clara superior.

En el examen del hígado, la percusión se utiliza para precisar el límite superior, por la cara anterior: se percute desde el 3er espacio intercostal a nivel de la línea medioclavicular y se va descendiendo; el nivel en que el sonido para de claro a mate corresponde al hígado. Habitualmente se ubica en el 5º a 7º espacio intercostal. Debe recordarse que este nivel puede cambiar según el paciente esté en inspiración o en espiración. Para delimitar el borde inferior del hígado se utiliza predominantemente la palpación, aunque también se puede usar la percusión. En este caso, se comienza percutiendo más abajo del reborde costal y se va subiendo por la línea medioclavicular hasta encontrar el nivel de transición entre un ruido sonoro y uno mate. Si se ha efectuado una marca entre el límite superior e inferior del hígado, se tiene la proyección hepática que normalmente es de 6 cm a 12 cm. Valores mayores a 12 cm sugieren una hepatomegalia. Ocasionalmente no se encuentra la matidez hepática por la interposición de una asa del colon entre el hígado y la pared torácica o porque existe un neumoperitoneo (p.ej.: úlcera duodenal perforada

El bazo también se explora mediante la percusión. Se encuentra en una posición oblicua a nivel subcostal en el hemitórax izquierdo, por detrás de la línea medioaxilar. Se percute estando el paciente en decúbito supino tratando de encontrar una pequeña área de matidez esplénica que puede estar entre la 6ª y la 10ª costilla, y que en condiciones normales no sobrepasa la línea axilar media. Si la matidez se extiende más allá de la línea axilar anterior, existiría esplenomegalia. Posteriormente el examen debe complementarse con la palpación del polo inferior del bazo.

Signos de obstrucción del intestino delgado

Obstrucción simple:
Los signos físicos dependen de la causa y de la localización del proceso, el dato mas digno de confianza es el tipo característico de ruido peristáltico, cuando el dolor cede, el peristaltismo desaparece. Entre las crisis de dolor el abdomen esta silencioso o solo se perciben unos pocos ruidos de peristaltismo normal, la palpación puede descubrir dolor a nivel del asa intestinal afectada, signo importante pero no obligado. El grado de distención dependerá del nivel de la obstrucción si es alta y el paciente vomita, quizá no se produzca distención hasta que se hayan establecido la peritonitis y el íleo paralitico, el dolor intenso generalizado es signo de irritación peritoneal indica perforación del intestino o gangrena inminente.

Obstrucción con estrangulación:
El paciente tiene aspecto gravemente enfermo, el pulso es rápido y lleno a veces hay ondas intermitentes de cólico, el aumento característico del peristaltismo cesa cuando se inicia la gangrena, la peritonitis se manifiesta por dolor y rigidez, mas tarde pueden venir choque y colapso, especialmente en caso de oclusión venosa con posible gran perdida de sangre en intestino y mesenterio.

Signos de obstrucción del colon:

Invaginación: 
Suele producirse en niños, el dolor casi siempre es intenso pero no continuo, entre las crisis dolorosas el paciente se acuesta y queda inmóvil con las rodillas flexionadas, suele haber cierta tendencia al sincope y colapso, especialmente si el dolor es muy intenso y agotador a veces pueden observarse ondas peristálticas. La palpación la presencia de una masa abdominal en forma de salchicha se encuentra a cualquier nivel a lo largo del colon según la fase de la enfermedad.

Vólvulo:

Se caracteriza por dolor y detención intensos y produce distensiones abdominales mas rápidas e intensas, la respiración muchas veces esta dificultada.

Signos de peritonitis:
El paciente se ve grave y ansioso, con palidez facial el pulso suele ser frecuente casi siempre por encima de 100, lleno y saltón, el paciente peritonitico esta acostado, inmóvil de preferencia en decúbito lateral con los mismo ligeramente flexionados; la palpación, el grado de rigidez varia, el dolor en todo el abdomen con dolor de rebote referido al punto donde se ejerce la presión es característico de la peritonitis difusa o generalizada, el dolor por la tos no esta netamente localizado, sino que tiende a referirse de manera imprecisa al centro del vientre; percusión, esta en la zona de matidez hepática puede indicar la presencia de aire libre en la cavidad peritoneal; auscultación, descubrir peristaltismo normal en lo que parece ser una peritonitis difusa aguda debe hacer sospechar procesos como el coma diabético la picadura de la araña viuda negra o una crisis tabetica.

Abdomen operado:
El descubrimiento de complicaciones y los cuidados del paciente dependen de una buena interpretación del dolor, la tensión, el espasmo, el peristaltismo, la distensión y cambios de temperatura y respiración. El abdomen operado no complicado, el dolor ha de ser mínimo, el pulso ha de ser lento, la fiebre no es signo seguro en las primeras horas posoperatorias, la frecuencia respiratoria suele estar ligeramente aumentada por el dolor de la herida, la inspección del abdomen es de valor inestimable, la palpación en casos no complicados puede limitarse a observar i hay dolor  y la auscultación debe efectuarse sistemáticamente dentro de las 48 horas. Los signos de peligro después de una intervención son dolor persistente, pulso rápido, respiraciones frecuentes y disnea en ausencia de complicación pulmonar.

Retención de la orina:
Es parte esencial del tratamiento posoperatorio determinar si el paciente ha orinado en plazo de 6 a 8 horas distención posoperatoria, se caracteriza por distención abdominal y dolores en calambre que el paciente considera producidos por el gas, dilatación gástrica aguda, puede ser consecuencia de una deglución excesiva de aire y de tomar líquidos antes que se haya restablecido la actividad normal del intestino; peritonitis, esta se produce por simple contaminación de la cavidad peritoneal; absceso residual pueden producirse en cualquier lugar de la cavidad peritoneal; hemorragia, es una complicación precoz que suele desarrollarse durante las primeras 24 horas posoperatorias; obstrucción intestinal, presenta las mismas características del abdomen agudo.

División por cuadrantes, según la escuela Anglosajona:

Cuadrante superior derecho: hígado y vesícula biliar; cabeza del páncreas, parte del riñón derecho, glándula suprarrenal derecha, partes del tubo digestivo (ángulo hepático del colon).

Cuadrante superior izquierdo: bazo, lóbulo izquierdo del hígado, cuerpo y cola del páncreas, parte del riñón izquierdo, glándula suprarrenal izquierda, partes del tubo digestivo (ángulo esplénico del colon).

Cuadrante inferior derecho:
 ciego y apéndice; ovario y trompa derecha; polo inferior del riñón y uréter derecho; otras partes del tubo digestivo (colon ascendente), canal inguinal.

Cuadrante inferior izquierdo: colon sigmoides y parte del colon descendente; ovario y trompa izquierda; polo inferior del riñón y uréter izquierdo, canal inguinal.
  

División en nueve regiones, segun la escuela Francesa:


Hipocondrio derecho: lóbulo hepático derecho, vesícula biliar, parte del riñón derecho, glándula suprarrenal, ángulo hepático del colon.

Epigastrio: estómago, duodeno, páncreas, parte del hígado, aorta, vena cava inferior.
Hipocondrio izquierdo: bazo, cola del páncreas, ángulo esplénico del colon, polo superior del riñón izquierdo, glándula suprarrenal.

Flanco derecho: parte del riñón derecho y del colon ascendente.
Región umbilical: porción inferior del duodeno, intestino delgado, aorta, vena cava inferior.

Flanco izquierdo: parte del riñón izquierdo y del colon descendente.

Región ilíaca derecha: ciego, apéndice, extremo inferior del íleon, ovario, desembocadura del uréter, canal inguinal.

Región del hipogastrio o suprapúbica: útero, vejiga, colon sigmoides.
Región ilíaca izquierda: colon sigmoides, ovario, desembocadura del uréter, canal inguinal.
  






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